Puerto Varas
Una de las ciudades más bellas de Chile, con una influencia alemana
4 Días
Vuelo desde Santiago
Hospedaje Incluido
2x $399.000
+ Tour Dalcahue Chiloe full
2x $499.000
También llamada “Ciudad de las Rosas”, el flujo de personas hacia Puerto Varas -sean turistas o nuevos residentes- no ha hecho sino crecer en el último tiempo. Su riqueza cultural, vibrante vida nocturna e infinidad de panoramas disponibles la vuelven un destino turístico ideal.
Ubicado en la Avenida Costanera Vicente Pérez Rosales, frente al Lago Llanquihue, se encuentra el Museo Pablo Fierro.
La casa parece sacada de una película de Studio Ghibli; con 5 pisos en total, la proa de un barco en la terraza y un reloj cucú gigante en el jardín, su fachada es impresionante.
Su fundador, Pablo Fierro, trasladó el museo desde Puerto Montt a Puerto Varas en 2006 y desde entonces está en constante expansión. Dentro tiene un aula de clases, una sala de cuadros e infinidad de objetos en las paredes, estantes y techo. Repartidas por todo el lugar también se encuentran a la vista pequeñas cartas escritas por turistas de todas partes del mundo que han visitado este imperdible museo. También se pueden comprar dibujos y pinturas para recordar la visita.
n la zona poniente de la ciudad, entre los sectores San Ignacio, Estación y Costanera, se encuentra el Barrio Patrimonial de Puerto Varas. Se trata de un conjunto de casas antiguas construidas por familias alemanas entre finales del siglo XIX y principios del XX que se puede recorrer a pie en aproximadamente dos horas.
Edificados al estilo Chalet Alemán, los hogares cuentan de dos pisos y techos empinados. Su particular estilo y aporte cultural derivó en que varias obtuvieran el estatus de Monumento Histórico en 1992. Con todo, hoy muchas de las casas sirven de oficinas, negocios o restaurantes.
Algunos de los hogares más famosos en el barrio patrimonial son la Casa Maldonado (1915), la Casa Jüpner (1910), la Casona Alemana (1914) y la Casa Yunge (1932).
En Verbo Divino #427, frente al parque Gruta de Lourdes, se encuentra la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús. Construida en 1918 por los arquitectos Edmundo Niklitschek y Bernardo Klenner, la parroquia emula a la Iglesia Marienkirche en la región Selva Negra, en Alemania. Declarada Monumento Histórico, tiene más de cien años, es de estilo neoromano y está hecha de ulmo y roble. Sin duda su interior es lo que más destaca. Un techo arqueado de azul vibrante, paredes blancas y un bello altar rodeado de estatuas religiosas. Su buen cuidado demuestra la importancia cultural que el edificio tiene para la comunidad de Puerto Varas, misma razón por la que fue restaurada entre 2003 y 2005.
Este parque fue nombrado en honor al científico y botánico alemán Bernardo Philippi, una de las principales figuras de la colonización germana en el sur de Chile.
Con bosque nativo por un lado y enormes pinos por el otro, cuenta con pistas para ciclismo y diversos senderos que culminan en un mirador de 30 metros de altura. Por el camino se pueden llegar a ver diferentes aves nativas, como el Fiofio, el Chucao, la Torcaza y el Cachudito, entre otros.
En la cima del cerro se encuentra la “Cruz Monumental”, edificación que se ve desde diferentes puntos de la ciudad y se ilumina en las noches. El recorrido es apto para todas las edades y solo la vista del lago Llanquihue desde la Cruz es suficiente para no perderse este lugar.
La exposición da cuenta del estilo de vida de los colonos a través de objetos que usaban en su vida cotidiana. Todos fueron recolectados por el mismo fundador, Antonio Felmer, quien los consiguió preguntando de puerta en puerta a las familias de la zona.
En la entrada te recibe un pasillo lleno de fotografías de rostros del pasado, mientras que el primer y segundo piso exponen sus herramientas, muebles y vestimenta a través de escenas arregladas para hacerte sentir como era vivir en aquella época.
El exterior del museo muestra lindos paisajes rurales, una pequeña tirolesa, una pileta con peces y una granja donde los visitantes pueden interactuar con los animales. El museo también cuenta con una cafetería para sentarse a disfrutar un buen café acompañado de un postre. Se recomienda especialmente el kuchen de nuez de la casa.
Hecha por el artista boliviano Jaime López, “Licarayén” es una escultura de 7.5 metros de altura ubicada en la zona norte de la costa, conocida como “La Puntilla”. El lugar está lleno de carritos de comida para todos los gustos, desde café y postres hasta churros y platos veganos, las opciones no escasean. Además de la comida, parejas de enamorados visitan especialmente la estatua para colgarle candados, tradición que simboliza el deseo de una unión eterna.
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